31 julio 2004

II Soneto para Romina

Se propaga el cuerpo de tu fragancia
esa orquídea de tiempo exacto
dulce delicada deliciosa
quedando ciego con su encanto

Se impregna el cielo de tu aroma
la esencia es como un deshielo
cae lenta se hunde todo invade
y desaparece en las humedades comunes

Se evapora el perfume otra vez
débil distante diferente
llevándose el aliento consigo

Se pierde en el recuerdo persistente
ese capullo de tu reencuentro
y vuelvo a respirar tu próxima promesa

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