En estas veredas amarillas y poceadas
bajo el insomnio de lunas llenas
voy a quedarme con renovadas ilusiones
hasta que de pronto aparezcas
con la fragilidad de tu presencia
y deshagas las ausencias y sus males
vendrás a salvarme pequeña vendrás
para convertirme en el egoísta
que atesora tus diáfanas palabras
con el fin de beberlas a escondidas
en esta esquina donde la paciencia
le dibuja garabatos al reloj
donde la espera es una cena
que aparenta jamás digerirse
voy a imaginar que estás llegando
con la inverosímil belleza de tus pasos
para marcar el más seguro rumbo
y vendrás a despertarme pequeña vendrás
para quitarme el profundo letargo
y darle a todos estos sueños moribundos
el intenso aliento de la vida
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