19 agosto 2004

IV Soneto para Romina

En los más impensados
en la agonía de la fila bancaria
en el constante taladrar ladrar
de tormentas negras de ruidos

En la caída libre sin destino
de los días siempre idénticos
en la última postal petrificada
de los fines de semana vacíos

En los ojos cerrados del horizonte
en los párpados derrumbados de la noche
en los pesados paseos bajo la lluvia

En el bosque rutinario de mentiras
Pensar y seguir en vos pensando
para que vivir no duela tanto

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