02 noviembre 2005

En diez minutos

Me quedan diez minutos
debo hamacar una espera de rutina
pero resta río suficiente
para contemplar tu recuerdo con
los ojos adormecidos de no verte
el aire que no guarda resquicios del tuyo
el tránsito que no me llevará
hacia donde marcás tus huellas
las veredas llenas de angustias y pozos
el sol que derrite mis sienes
y la paciencia que está escasa
y todavía me quedan cinco minutos
la fila de corbatas conformistas
no avanza ni un milímetro
ni sale de su letargo de oficina
la gente pasa sin que le pase nada
quizás porque se contagiaron
de este manicomio grisurbano
quizás porque mi locura pasa
por pensarte en estos momentos
(en cada esquina llena de artificiales
tu naturalidad me devuelve el aire)
y me queda un minuto
los mecanismos burocráticos comienzan
lentamente a mover sus engranajes
y vos ya no tenés la obligación
de auxiliarme a la distancia
con tus imágenes salvadoras
y la voz de los depósitos materiales
me llama displicente
y entonces debo esperar otra espera
la que vale la pena
hasta cuando desel presente

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